El ser humano es un ser social por naturaleza. Una característica del hombre es la de vivir en sociedad, por ello es fundamental enseñar a los niños a relacionarse y a disfrutar con ésa relaciones. Algunas personas poseen ésa habilidad de forma innata, mientras otros carecen de ella y se muestran torpes en sus interacciones, por lo tanto, es una habilidad que se puede adquirir posteriormente mediante el aprendizaje.
La Habilidad en la relación con los demás, parte de la base de que la persona sepa reconocer sentimientos en otras y tenga empatía, pero implica algo más, una actitud activa, que mueva a la persona a interactuar con otra, no puede ser un mero observador, debe intervenir en las relaciones con otras personas produciendo cambios como consecuencia de su interacción. Además implica que disfrute interactuando con otros, que sienta la alegría de intervenir y estar con otras personas.
En los niños de 1 a 3 años se producen una serie de cambios que conllevan un desarrollo de éstas habilidades, pasando de una etapa egocentrista a una etapa social donde disfrutan de la compañía de otros niños y de los juegos colectivos. Es un buen momento para promover el desarrollo de estas habilidades.